El parque residencial contiene 25,7 millones de viviendas, de las que 16,8 millones tienen un sistema de calefacción instalado. El horizonte temporal de la estrategia es 2020-2050. Para ese periodo se pretende para el sector residencial un ahorro acumulado del 37,3% del consumo de energía (escalonado 41,1% en 2030, 34,1% en 2040 y 24,8% en 2050) y una reducción del 98,8% de las emisiones.
Entre las actuaciones recogidas en la ERESEE 2020 se encuentran la sustitución de los sistemas de medición de los consumos individuales de calefacción y agua caliente sanitaria (ACS) en más de 3,5 millones de hogares, con una inversión cercana a los 26.000 millones de euros (25.951). El objetivo es lograr disminuir el consumo de energía final en el sector residencial en 26.394 Gwh para el año 2030, reduciendo el gasto en calefacción y ACS en 21.910 Gwh.
Para cumplir con los objetivos de reducción de demanda de energía, la ERESEE 2020 propone una serie de medidas para favorecer el control del consumo, como incluir en el RITE obligaciones que permiten al usuario identificar el estado de sus instalaciones térmicas y tomar decisiones respecto a las mismas, como exigir una determinada potencia o reclamar su sustitución. Asimismo, se hace hincapié en la necesidad de impulsar la instalación de sistemas de medición individuales de los consumos. Los repartidores de costes de calefacción promuevan la mejora de las instalaciones térmicas o la instalación de contadores de energía en instalaciones existentes.